Aparte del placer de comerse una buena ración de queso de cabra, las propiedades de este alimento nos lo presentan como complemento indispensable y saludable.
- Bajo en lactosa. Se estima que la leche de cabra tiene un 1% menos de este azúcar por lo que se hace más tolerable para personas que presentan problemas de intolerancia a la lactosa. Por otro lado, los quesos curados ya no tienen este azúcar, ya que por los procesos internos del queso la lactosa se ha convertido en otros compuestos que ya no provocan intolerancia.
- Más fácil de digerir. Por su composición la leche de cabra en muchos países se usa como base para la elaboración de leches maternizadas. Hablando en términos técnicos podríamos decir que la leche de cabra es una leche casi alcalina (presenta un pH de entre 6,7 y 6,8). Además, contiene menos caseína del tipo alfa 1 que suele ser responsable de la mayoría de las alergias a la leche.
- Alto contenido de nutrientes. El queso de cabra es una buena fuente de vitamina A, vitamina D, vitamina K, riboflavina, potasio, calcio, fósforo, hierro, niacina y tiamina. Ayuda al desarrollo óseo y a la prevención de la osteoporosis. Para los más coquetos también hay que destacar que todos estos nutrientes mejoran el aspecto y la salud del cabello, la piel y las uñas.