El vino se elabora con un único ingrediente, zumo de uva, por lo que se trata de un producto natural, que contiene las propiedades de esta fruta. En función del tipo de uva con el que se elabore el vino este tendrá distintas vitaminas y minerales.
Una vez extraído este zumo de fruta se lleva a cabo la fermentación de su mosto, llevada a acabo por la acción de las levaduras, que transforman los azúcares naturales de la uva en etanol y dióxido de carbono. Tras la fermentación alcohólica del vino este posee distintos tipos de alcoholes como glicerina, metílico, eritritol entre otros poli-alcoholes.
Entre las propiedades del vino, destaca la cantidad de vitaminas y minerales que posee. En concreto el vino posee una importante cantidad de minerales como el zinc o hierro, potasio, sodio, calcio, cloro, azufre, flúor, silicio, yodo, bromo y boro. Así mismo el vino contiene entre 2 y 4 gramos de sal por litro, lo que le otorga ese característico sabor salado.
En cuanto a las vitaminas presentes en el vino, podemos encontrar la presencia de vitaminas como la B12, B6 y B2. Así como ácidos minerales como el tártrico, málico y salicílico, los cuales hacen que el vino sea un líquido alcohólico ácido con un ph entre 2 y 3, lo que facilita la digestión de las proteínas alimenticias.
El vino, no contiene fibra y aproximadamente el 90% es agua. El vino tinto, debe su color a la presencia de antocianinas, antioxidantes presentes en las uvas titas.
