Para el control de la vegetación natural (flora arvense, o mal llamadas «malas
hierbas») se suelen utilizar medios mecánicos, realizando escardas de forma manual o mecanizada con aperos específicos. No existen productos «herbicidas» permitidos en agricultura ecológica.
El control de hierbas se realiza desde finales de febrero o principios de marzo,
en que comienza a brotar la vid, que puede resentirse si no tiene suficiente agua. Se
suelen realizar pases para controlar la vegetación hasta el verano; la frecuencia de
los controles estará en función del crecimiento de la vegetación. Lo más conveniente
es vigilar la expansión de las hierbas que consideremos problemáticas, controlándolas, por ejemplo, mientras estén en floración para que no produzcan semillas.
Mantener el suelo totalmente «limpio» durante el otoño y el invierno cuesta
dinero, erosiona el suelo y no beneficia al viñedo.
En cuanto al control mecánico existen aperos específicos para el control de
las hierbas (como los intercepas). Para las calles, existen diversos modelos comerciales y adaptables a todas las necesidades de desbrozadoras y cultivadores. El laboreo se intentará realizar lo más superficial posible. Otra posibilidad es el uso de
animales.
Habrá que tener en cuenta, que el manejo de la vegetación natural será más
sencillo y se conseguirá mejores resultados, cuando se incluya el manejo de la cubierta vegetal, como se ha tratado en el apartado de biodiversidad. Así, se debe
realizar una gestión del viñedo que una el control de hierbas con el control de plagas y enfermedades junto con la fertilización del viñedo.